En este pasaje Jesús les muestra a sus discípulos dos de las condiciones para seguirlo, la primera es: estar dispuesto a todo y aceptarlo todo por amor y la segunda es no ponerle condiciones, pues el Reino tiene prioridad.
Es importante el recordar estos dos elementos de la vida cristiana, pues nos encontramos en un mundo que ha hecho de nuestra vida una vida cómoda y placentera, lo cual es un regalo de Dios que no debemos despreciar, sin embargo, nos puede llevar, si no estamos atentos, a rehusar el sacrificio que muchas veces implica el seguimiento de Jesús y la observancia del Evangelio. La pereza sólo produce hastío y limitan nuestro crecimiento en el amor y el servicio. No condiciones a Jesús, mantén siempre como prioridad la construcción del Reino y la vida evangélica y tu vida será efectivamente la de un auténtico discípulo.
PRIMERA LECTURA.
Del libro del profeta Amós: 2, 6-10.13-16
Esto dice el Señor:
"Por sus innumerables pecados
no perdonaré a Israel.
Porque venden al inocente por dinero,
y al pobre,
por un par de sandalias.
Aplastan a los pobres contra el suelo
y sacan del camino a los humildes.
Padre e hijo acuden a la misma mujer,
profanando mi santo nombre.
Sobre ropas tomadas como prenda
se sientan a comer en sus santuarios
y se beben las multas de los pobres
en el templo de su Dios.
Cuando ustedes llegaron a esta tierra,
yo destruí a los amorreos;
eran altos como los cedros
y fuertes como las encinas;
destruí sus frutos por arriba,
y por abajo,
sus raíces.
En cambio,
a ustedes yo los saqué de Egipto
y los conduje por el desierto
durante cuarenta años,
para darles en posesión
la tierra de los amorreos.
Pues bien,
ahora yo los aplastaré contra el suelo,
como la carreta tritura las espigas.
El más veloz no logrará escapar,
al más fuerte de nada le servirá su fuerza,
y ni el más valiente salvará su vida.
El arquero no resistirá,
no se librará el más ágil,
el jinete no se salvará,
el soldado más fuerte
y valiente huirá desnudo aquel día".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL.
Del salmo 49, 16bc17.18-19. 20-21. 22-23.
R/. Perdona a tu pueblo, Señor.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú, que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos? R/.
Cuando ves un ladrón, corres con él, te juntas con los adúlteros; usas tu lengua para el mal, tu boca trama el engaño. R/.
Te pones a insultar a tu hermano y deshonras al hijo de tu madre. Tú haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy como tú? No, yo te reprenderé y te echaré en cara tus pecados. R/.
Quien las gracias me da, ése me honra, y yo salvaré al que cumple mi voluntad. Entiendan bien esto los que olvidan a Dios, no sea que los destroce sin remedio. R/
EVANGELIO.
Del santo Evangelio según san Mateo: 8, 18-22
En aquel tiempo,
al ver Jesús que la multitud lo rodeaba,
les ordenó a sus discípulos
que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente.
En ese momento se le acercó un escriba
y le dijo:
"Maestro,
te seguiré a dondequiera que vayas".
Jesús le respondió:
"Las zorras tienen madrigueras
y las aves del cielo,
nidos;
pero el Hijo del hombre
no tiene en donde reclinar la cabeza".
Otro discípulo le dijo:
"Señor,
permíteme ir primero a enterrar a mi padre".
Pero Jesús le respondió:
"Tú sígueme
y deja que los muertos entierren a sus muertos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN.
Palabras fuertes expresa el Profeta Amós. Palabras que nos invitan a reflexionar la conducta de vida que llevamos. En días pasados hablamos de la actitud de vida que debemos tener los auténticos cristianos. La vida de un verdadero cristiano se debe manifestar en nuestras obras. El ser cristiano no es un título de nobleza, es un compromiso de vida. Por eso cuando fallamos debemos acercarnos al Sacramento de la Reconciliación y pedir perdón al Señor por nuestras faltas, tal como responde el pueblo en el Salmo.
¿Qué pasa cuando caemos en pecado y no nos levantamos? Vamos caminando por la vida en la dirección equivocada. Si no corregimos a tiempo la dirección, vamos a llegar a un lugar distinto al que debemos llegar. Es decir, no vamos a llegar al Reino de Dios.
En el Evangelio vemos hoy dos diálogos de Jesús. Estos diálogos se suscitan cuando Jesús está camino a Jerusalén. Jesús sabe a dónde va.
San Mateo nos precisa que estos diálogos son con un escriba y con un discípulo. Él escriba es un conocedor de las sagradas escrituras. El discípulo es un aprendiz.
Los escribas y fariseos no solo son la gente instruida en las sagradas escrituras, sino también pertenecían a la alta sociedad de su época. La respuesta que le da Jesús lo advierte de todo a lo que debe renunciar, pues dentro de muy poco Jesús padecerá en la Cruz. Las zorras tienen madriguera y las aves nidos, es decir tienen donde refugiarse, sin embargo, el Hijo del hombre no tiene nada. Maestro té seguiré a donde quiera que vayas le dice el escriba. ¿Estás seguro de renunciar a todo? Es lo que le dice Jesús.
Y es por eso que, al recibir el llamado de Jesús, nosotros debemos saber a quién seguimos. Porque la propuesta de Jesús no es en esta vida, sino para la eterna, aquella que trasciende y es lo que le da sentido a nuestra vida. Cualquier cosa que perdamos en esta vida no importa, pues nada de lo que aquí perdamos nos puede quitar la vida eterna, excepto perder nuestra amistad con Dios.
En cambio, el discípulo que le dice déjame ir primero a enterrar a mi padre le responde de una manera radical. Deja que los muertos entierren a los muertos le dice Jesús. Esta respuesta es porque el padre de este discípulo no ha muerto, este discípulo está posponiendo el llamado de Jesús. Le está diciendo hoy no, ya será en otra ocasión.
Esta respuesta es la que, en términos generales, el mundo de hoy da al Señor. Jesús sale al encuentro del hombre, pero el hombre está más ocupado en las actividades cotidianas que no escucha el llamado del Señor. El mundo de hoy está acostumbrando a vivir sin Dios y por eso vemos tanta maldad y tanto dolor.
Al vivir el mundo de espaldas a Dios está lentamente cometiendo un suicidio espiritual. Se ha olvidado que el llamado de Dios al hombre es para trascender en la eternidad. Recordemos hace días Jesús nos decía no echen a los perros las cosas santas ni las perlas a los cerdos.
Jesús nos llama de manera individual. Por lo tanto, la respuesta es individual. Es momento de decidir personalmente la respuesta al Señor.
Para dar esa respuesta debemos tener claro a dónde queremos llegar al término de nuestra vida. El que no sabe a dónde va, todos los caminos son equivocados. El que sabe a dónde va, conoce el camino. Y si no sabe cómo llegar se apoya en quien le puede decir cómo llegar.
El mundo actual nos ofrece tecnología para no perdernos. El GPS nos ubica con exactitud el lugar donde nos encontramos y nos traza el camino, e incluso nos brinda información del tiempo estimado de llegada. Bueno, si nosotros queremos llegar al cielo, debemos buscar nuestro GPS espiritual para verificar estamos en el camino correcto. Si no estamos en el camino correcto, nos mostrará los cambios que debemos hacer. Nuestro GPS espiritual lo encontramos en la Palabra de Dios.
Busquemos siempre el camino de la salvación. Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida.