CIUDAD DE GUATEMALA, 19 de octubre de 2025 — Los templos católicos de Guatemala se vistieron de blanco y verde este domingo 19 de octubre para celebrar el XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, en un acto litúrgico que coincidió con el punto medio del fervoroso Mes del Rosario. La homilía central, impartida en la Catedral Metropolitana y replicada en las parroquias del país, se centró en la necesidad de la fe constante, utilizando la parábola de la viuda inoportuna y el juez injusto.

La jornada, teñida por la devoción a la Patrona de Guatemala, invitó a la feligresía a no desfallecer en la vida de fe ni en la búsqueda de la justicia.

El llamado a la Oración sin Desaliento

El mensaje principal del Evangelio de San Lucas (18:1-8) fue un llamado claro a la perseverancia y la confianza en Dios. El celebrante destacó que, si la insistencia de una viuda logró conmover a un juez injusto, la oración incesante de los fieles ciertamente será escuchada por un Dios que es Padre justo y amoroso.

"En un país donde persisten los desafíos sociales y la injusticia, el Evangelio de hoy nos anima a no cansarnos de clamar por la verdad, la paz y la justicia, tanto en nuestra vida personal como en la vida comunitaria," se escuchó desde el púlpito de la Catedral.

La reflexión también hizo eco de los desafíos contemporáneos, instando a los fieles a mantener el corazón firme y la fe viva ante el desánimo.

El Mes Mariano se Intensifica

La liturgia dominical estuvo marcada por la especial decoración mariana que caracteriza al mes de octubre. En el Templo de Santo Domingo, hogar de la Virgen del Rosario, se observó una afluencia constante de devotos que acudieron a las eucaristías dominicales.

Este domingo, la fe a la Virgen del Rosario se manifestó en el rezo constante y en la preparación de las actividades finales del mes, incluyendo el tradicional Rosario de la Aurora y la clausura de la Feria. Los cánticos y las jaculatorias a la Virgen reafirmaron el compromiso de la Iglesia guatemalteca con el Santo Rosario como "arma espiritual" y pilar de la fe.

La jornada concluyó con la bendición final, con la exhortación a los fieles a llevar el espíritu de perseverancia y esperanza de regreso a sus hogares y a sus comunidades.